They did an
experiment in the University
of Oxford , that consistia
in putting volunteers in a soundproof cabin and to give them fried potatoes
Pringles.
Tenían un micrófono para recoger el sonido al masticar y el sujeto
llevaba unos cascos para "oír" el sonido que hacia, pero el sonido de
los cascos no era el mismo que hacia al masticar, era mismo sonido pero lo
alterado. Llegaron a la conclusión de que el sonido altera a la hora de la
comida, porque si el sonido que haces al masticar es crujiente y sonoro es más
sabroso que si es al contrario.
Opinión personal:
He elegido este experimento porque me ha
parecido interesante y creo que es cierto, personalmente una comida crujiente
me parece mas buena.
Para mas información:
http://www.theguardian.com/education/2006/may/23/highereducation.research
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